Con todo el cuidado

Elaboración

Mi visión

Todos mis jabones se elaboran mediante el proceso en frio, por que así los ingredientes mantienen buena parte de sus propiedades.

Comenzamos el proceso pesando, cortando y moliendo todos los ingredientes que componen el jabón. La parte más peligrosa de la elaboración es la mezcla de la sosa con el agua destilada, licuados, infusiones… La mezcla de estos dos ingredientes emite vapores que no deben de ser inhalados, por eso son muy importantes la gafas, mascarilla y guantes.

PRECISIÓN
Y MIMO

Mientras enfría la mezcla anterior, se derriten aceites, mantecas y/o ceras a baja temperatura para evitar que pierdan propiedades. Es importante mezclar bien los ingredientes.

Una vez que la lejía y la mezcla de aceites alcanzan cierta temperatura, vertemos la lejía sobre los aceites y removemos siempre en el mismo sentido, hasta que alcanza el punto de traza o cuajo.

Es entonces el momento de añadir los aceites enriquecidos, aceites esenciales, colorantes naturales; pétalos o plantas (secas o en polvo).

BUEN HACER Y PACIENCIA

Se mezcla bien la masa resultante y con cuidado se vierte en el molde, en el cual debe endurecer (unas 48 horas).

Pasado ese tiempo, se corta o desmolda y se deja dormir un mes como mínimo, momento en el que el jabón estaría listo para su uso.

CUIDADO AL MÁXIMO

Todos mis instrumentos para la fabricación de los jabones son de cristal y acero inoxidable, salvo la cuchara de mezclar y las espátulas que son de plástico; los moldes son de madera con el interior de silicona apta para elaboraciones alimenticias. No utilizo, bajo ningún concepto, aluminio ni madera. El primero interactúa con la sosa y sus componentes pasan al jabón y el segundo puede dejar trazas en la masa.